Y ahora que lo pienso, no recuerdo haberte escrito, no
recuerdo la última frase que salió del corazón.
No recuerdo en qué momento murió, quizá porque así fue
nuestro amor, una enfermedad de esas que te van matando de a pocos, que ni
siquiera te das cuenta que la tienes hasta que ya es demasiado tarde, cuando ya
no puedes hacer nada porque todo lo bueno y bonito se murió.
Pero no culpo yo a la enfermedad, total es la enfermedad más
común en el mundo, todos la padecen, de cierta forma todos hemos querido
padecerla, porque el amor nunca viene solo viene con su mejor amigo el dolor.
Yo te culpo a ti, por causar la enfermedad, por ser el
causante de mis noches tristes, de mis llantos, de sentir que no podía sola, de
hacerme creer que te necesitaba a ti para ser feliz, te culpo a ti, a todas tus
mentiras a cada vez que me decías que me querías para solo romperme el corazón.
Pero sobretodo me culpo a mí, me culpo por creerte, por
pensar que me harías feliz, me culpo por querer creer que mejorarías, que de
verdad me querías, porque mi amor si de verdad me hubieras querido como tanto
me lo repetías, no estaría aquí con el corazón en la mano deseando no haberte
creído.
No hay comentarios:
Publicar un comentario